viernes, 3 de abril de 2015

MALASIA 2015: LAS NUEVAS HERRADURAS DEL CAVALLINO

Segunda carrera de la temporada, segunda pole para Lewis Hamilton. Pero esta vez en su retrovisor no sentía la comodidad de un destello plateado conocido, sino el inesperado fulgor rojo de un Ferrari, y el casco blanco de un alemán, Vettel.



Tras una clasificación atípica en la que varios de los principales protagonistas quedaron rezagados en la parrilla por culpa de la lluvia, el gran premio de Malasia arrancó con la incógnita de saber si la segunda plaza de Vettel, era flor de un día, o si supondría un claro desafío a la hegemonía implacable de Mercedes. Una vez el semáforo se apagó, los cuatro primeros clasificados mantuvieron su posición, reservando la pelea para los monoplazas de mitad de la parrilla. Pastor Maldonado y Kimi Raikkonen  vieron como sus neumáticos eran guillotinados por Valtteri Bottas y Felipe Nasr, lo que permitió que Carlos Sainz en poco más de una vuelta se situara en franca posición de atacar los puntos.
En la vuelta 4, Marcus Ericsson, a lomos de su Sauber, se lanzó por fuera en la curva 1 a la caza de Nico Hulkenberg, dando como resultado un trompo sorprendente del sueco y el empanzamiento en la grava del más azul (que no verde) de la parrilla. Es ley desde hace años: accidente, salida de pista, dudas, y Charlie Whiting  manda a Bernd Maylander a dar vueltas. Safety Car en pista. Sigo sin comprender en qué lugar ha quedado el Virtual Safety Car, una medida que tanto éxito ha tenido en otras categorías, pero que a pesar de haber sido adoptada por la FIA, no tiene tanto éxito como la temblorosa (e implacable) mano de Charlie. Todo sea por el bien de la seguridad. ¿Safety Car en vuelta 4? Sólo puede significar una cosa, desbandada general a boxes a quitarse los neumáticos menos adecuados. ¿Todos a pit-lane? No, Sebastian Vettel y varios valientes prefirieron mantenerse en pista y hacer que fueran los demás quienes se vieran obligados a alterar sus planes para tener que acabar adelantando en pista más adelante, a pesar incluso del desgaste de las gomas. Locura en boxes, Rosberg aún debe estar preguntándose por qué su equipo le hizo perder toda opción de victoria al hacerle entrar tras Hamilton y obligarle a perder valiosísimos segundos en un caos de coches, ruedas y mecánicos tras el británico. Tras Vettel, se situaron Grosjean, Sainz y Pérez, que tampoco pararon a cambiar neumáticos, obligando a los pilotos de la estrella a sortear más tráfico del esperado para alcanzar a un Ferrari desatado.

Al relanzarse la carrera, Hamilton y Rosberg empezaron a mostrar síntomas de nerviosismo, adelantando todo lo salvajemente que su motor Mercedes les permitía, pero haciendo gala de una superioridad ligeramente menor que en otras ocasiones. Adelantaban si, pero no tan fácil. Vettel marchaba como un poseso ampliando ventaja y recordando sus años mozos con los toros, pero el espectador siempre tenía la sensación de que cuando entrase a cambiar neumáticos, volvería tercero a pista, y así sería la carrera, Mercedes delante, Ferrari detrás. Y así fue, Vettel salió detrás de los Mercedes, sólo que esta vez, puso el modo “killer on” y con un ritmo espectacular se fue a la caza y captura de los Mercedes, a los que adelantó en pista, implacablemente. –“Mier**, estos neumáticos no funcionan como esperaba”. Eso debió pensar Hamilton, que adelantó su segunda parada, sabiendo que eso le obligaba a adelantar a Vettel obligatoriamente en pista, pero eh, tengo un Mercedes, Vettel es mío, y la victoria también…
Ajenos a la lucha de los dioses, los mortales luchaban por algo más mundano, el lugar que Mclaren ha desalojado y que muchos aspiran a ocupar. Y curiosamente, son los Toro Rosso los mejor posicionados. Verstappen, algo dudoso y dubitativo en el principio de la carrera, se sobrepuso a sus temores, y a pesar del acoso de Sainz cuajó una carrera impecable que le condujo a la séptima posición. Sainz, afectado por la salida del safety car y obligado a respetar la selección de estrategia de su compañero por ir delante, siguió su camino hacia el respeto mundial llegando tras Verstappen y por delante de los dos Red Bull, que han conocido fines de semana mejores… Mientras tanto, Alonso y Button, con sus nuevas monturas con motor Honda, se vieron obligados a retirarse tras sendos problemas en el motor, que curiosamente ninguno de los dos sintió tras el volante, fue el equipo quien les avisó. Para el optimismo de los aficionados queda el saber que en algunos momentos fueron mejores que los Force India y que a este paso, igual para Mónaco pueden luchar por la Q… dos? Aunque si a mi parecer hay un vencedor moral en Malasia, ese ha sido Raikkonen. Pinchazos, safety, coches por adelantar, y un cuarto puesto en meta. Sin el ritmo de Vettel, pero sigue siendo una victoria, recordando el Raikkonen de las grandes ocasiones. Ni siquiera los Williams pudieron luchar con el último campeón de Ferrari, conformándose con la pelea por la quinta plaza, lugar que al final se llevó Bottas, favorecido por una mejor elección de neumáticos al final de carrera.
Acercándose el final de carrera, el momento de las grandes decisiones, Vettel entró en cabeza a hacer su última parada montando el neumático duro, y en menos de una vuelta después Hamilton hizo lo propio montando también el duro, cosa sorprendente ya que en carrera se había mostrado peor que el otro compuesto, e incluso similar en durabilidad. Pocas vueltas para el final, y 15 segundos por enjugar de diferencia en la cuenta atrás. Misión en marcha, Hamilton desbocado, parece posible, pero según pasan las vueltas se hace evidente que la degradación de neumáticos del Ferrari es mucho mejor que la del Mercedes. Y a falta de diez vueltas se empieza a hacer evidente que no, que Hamilton no va a poder con Vettel, en Ferrari se desata el nerviosismo de los adolescentes en su primera cita. 5 vueltas, el sueño está cerca, siguen quedando 8 segundos por recortar y el Mercedes está anclado. Claudica. Los gritos y saltos en el paddock al cruzar la línea de meta el alemán, hacen obvio el épico momento.

El resto es historia. Hamilton se vio relegado a la segunda plaza por alguien que no fue su compañero alemán Rosberg, aunque si fue paisano de este quien volvió tras más de un año al primer cajón y devolvió también a la antaño desahuciada escuderia del "cavallino" a ganar una carrera. Con esto, Vettel y Ferrari presentan sus credenciales para optara el título esta temporada o, como mínimo, dar guerra a la indestructible Mercedes.

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